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jueves, 3 de diciembre de 2015

 

Cuidar nuestra salud debe ser una prioridad durante cualquier etapa de nuestra vida. Esto nos ayudará a tener una calidad de vida excelente en todos los niveles y edades. Por ello, hoy hablaremos de la importancia de cuidar la salud.

Según la definición elaborada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la salud es un estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades". Así, queda claro que más allá de patologías, la salud abarca diversos factores que intervienen en la calidad de vida de cada uno. Una persona sana, por tanto, sería aquella que disfruta de una vida plena y feliz a todos los niveles.
¿Cómo podemos cuidar nuestra salud física?
Disfrutar de un buen estado de salud puede conseguirse a partir de variadas acciones y mantenerse durante mucho tiempo o bien perderse debido a diversas razones. Para estar sana, una persona debería:
  • Seguir una dieta saludable y equilibrada.
  • Realizar ejercicio de manera regular
  • Evitar el consumo de sustancias tóxicas o adictivas como el tabaco, alcohol o cualquier tipo de droga.
  • Realizar las revisiones médicas pertinentes o controlar posibles complicaciones.

Y es que la OMS asegura que bastaría con mantener una dieta sana, un peso normal y cierta actividad física a lo largo de la vida para prevenir un tercio de los casos de cáncer En el polo opuesto encontramos que comer de forma inadecuada,eda, una dieta inadecuada, llevar una  vida sedentaria y el consumo de tabaco causan hasta el 80% de cardiopatías coronarias prematuras. 

 
salud mental
… y mental?
La importancia de cuidar la salud también abarca el aspecto psicológico y las emociones. Tener una actitud positiva ante la vida, entablar relaciones personales sanas, limitar las situaciones de estrés y propiciar el optimismo son prácticas que no podemos perder de vista, ya que nos ayudarán a que nuestra salud mejore. 

 
salud-mundial
¿Cómo afectan los periodos de crisis a nuestra salud?
La salud es un estado que se puede alcanzar, pero que muchas no es fácil conseguir y que muchas otras es fácil perder. Esto último se ha puesto de manifiesto en los últimos meses, pues la crisis económica actual ha producido un impacto en la salud de los ciudadanos. Según un estudio del Observatorio Europeo de Sistemas y Políticas de Salud, grupo respaldado por la OMS, la crisis ha producido un aumento de trastornos mentales como la depresión y la ansiedad. Además, tiene efecto sobre las enfermedades infecciosas, que se extienden favorecidas por las peores condiciones de vida de las personas con pocos recursos, pero también por las dificultades de acceder a tratamientos y por la caída de la calidad del sistema público de salud. Es el caso de la aparición de nuevos brotes de malaria en Grecia, una enfermedad extinguida en Europa, o del incremento en aquel país de infecciones de VIH entre drogodependientes.

Si nota que está perdiendo la memoria, ejercite su mente para intentar frenar la pérdida. Cuanto más activo se mantenga intelectualmente, mejor conservará su calidad de vida. Sus características principales son: dificultades para encontrar la palabra adecuada durante el discurso cotidiano, problemas a la hora de orientarse en la calle o inconvenientes para narrar el argumento de un libro o una película.
Hay diferentes trucos que se pueden realizar todos los días para ejercitar la mente:
  • Intente hacer una vida normal, manteniendo sus actividades de siempre.
  • Para fijar y mantener la atención: intentar relacionar figuras (fotos o recortes) con experiencias vividas.
  • Para consolidar y evocar: intentar relacionar una experiencia nueva con otra ya pasada, lo que funciona como un disparador de recuerdos.
  • Mantenga su vida social y familiar lo más normal posible
  • Explique a sus amigos y familiares su problema y pídales ayuda.
  • Intente cumplir un horario, tener una rutina. Esto facilitará que no se le olvide lo que tiene que hacer.
  • Procure leer todos los días un rato, el periódico o un libro, y coméntelo después con alguien, de esta manera le ayudará a recordar mejor lo que ha leído.
  • Haga crucigramas que ejerciten el pensamiento.
  • Realice pequeños cálculos en la vida cotidiana.
  • Cuando vea la televisión o escuche la radio intente buscar programas culturales que le estimulen intelectualmente.
  • Busque algún hobbie para su tiempo libre para que le mantenga activo
  • Repita lo que se quiere recordar. Haga listas ya sea en papel o en la cabeza.
  • Aprenda idiomas.

miércoles, 18 de noviembre de 2015


Scribd sobre el papel de Enfermería en la obesidad


Slideshare con una presentación sobre Diabetes Mellitus
 

sábado, 14 de noviembre de 2015


La práctica habitual de ejercicio físico es una de las recomendaciones habituales, no sólo para mantenerse en forma y en el peso adecuado, sino también en el tratamiento de numerosas enfermedades, ya que tiene efectos muy favorables sobre la salud en general.
Un claro ejemplo de estos beneficios es la reducción del colesterol, ya que la actividad física incrementa la producción de HDL, más conocido como colesterol bueno. Pero para ello debe realizarse el ejercicio físico de forma rutinaria y durante largos periodos. Así, en los jóvenes esta reducción del colesterol se empieza a lograr al cabo de 6 a 12 meses, mientras que en las personas mayores de 50 años se necesita más tiempo para adaptar el metabolismo de las grasas, si se logran pequeñas modificaciones de los niveles de colesterol desde el momento en que se inicia la práctica de ejercicio.
Tipos de ejercicio físico
Cualquier tipo de actividad física permite obtener los beneficios para la salud que reporta el ejercicio. A veces es suficiente con incorporar a la rutina diaria determinadas recomendaciones:
  
  • No utilizar el ascensor, sino subir y bajar por las escaleras.
  • Ir caminando al trabajo o al menos realizar a pie parte del recorrido.
  • Realizar en casa las actividades de limpieza sin utilizar electrodomésticos (por ejemplo, escoba y recogedor en vez del aspirador).
  • Hacer la compra cada uno o dos días y realizar el recorrido de ida y vuelta andando.
  • Dar un paseo diario a paso rápido.
              
No obstante, el deporte es una opción aún mejor, siempre que se realice al menos tres o cuatro veces por semana. Andar rápido, correr, ir en bicicleta o nadar permiten la práctica de ejercicio físico de forma pautada, suave y eficaz.
Si se desea incrementar el nivel de intensidad y no se ha realizado deporte con anterioridad, es aconsejable someterse a una revisión médica y que sea el médico quien le recomienda cuál es tipo de ejercicio más adecuado teniendo en cuenta las características de cada persona.
Lo más importante, en cualquiera de los casos es la regularidad.
Otras recomendaciones se refieren a la manera en que debe realizarse elejercicio físico, independientemente del tipo que sea:
  
  • Calentamiento (mínimo 5 minutos): es importante movilizar los diferentes grupos musculares y articulaciones de forma suave y con un programa de estiramientos. Es la mejor manera de preparar al organismo para una actividad física de mayor intensidad y, al mismo tiempo, de prevenir posibles lesiones musculares.Su objetivo es preparar al organismo de forma progresiva para realizar un esfuerzo físico de mayor intensidad y prevenir lesiones del aparato locomotor.
  • Tiempo de actividad (mínimo 20-30 minutos).
  • Enfriamiento (mínimo 5 minutos): cuando se vaya a terminar la actividad deportiva que se está practicando debe reducirse la intensidad de forma progresiva, haciendo también ejercicios de relajación y estiramientos, para evitar un enfriamiento brusco de los músculos y hacer que el ritmo cardíaco y la frecuencia respiratoria se normalicen poco a poco


Tu salud laboral es importante. Cuida tu postura en la oficina
Te proporcionamos algunas recomendaciones para propiciar la higiene postural y el bienestar laboral en el espacio de trabajo:
  1. Alterna tu posición. Ponte de pie cada 2 horas para estirarte, gracias a esto mejorará tu circulación y reducirás las tensiones en la espalda, cuello, el cansancio y el malestar general.
  2. Realiza tareas diferentes durante tu jornada. Organízate de tal manera que puedas pasar una hora tecleando frente a la computadora y a la siguiente hora pararte a hacer copias, lamar por teléfono o hacer alguna otra actividad que implique ponerte de pie.
  3. Usa la silla correcta. Debes usar una silla que te dé buen soporte lumbar (en la base de la espalda), con esto aumentarás tu comodidad y reducirás el cansancio en todo tu cuerpo. Si no es tan fácil cambiarla, puedes utilizar un cojín ortopédico para ajustar tu posición.
  4. Mantén las rodillas al mismo nivel de tus caderas. Usa una silla ajustable que te permita elevar o bajar la silla hasta que tus muslos y nalgas queden apoyados de forma uniforme. Tus pies tienen que quedar bien apoyados en el suelo. Si la silla no puede ajustarse, usa un cojín ortopédico para elevarte, o en el caso contrario, un reposapiés para apoyar tus pies en el suelo.
  5. Mantén la cabeza y el cuello rectos. Para encontrar tu zona de visión, sitúa el monitor detrás del teclado, siéntate y colócate frente a él en posición recta, cierra los ojos, ábrelos y localiza el punto de la pantalla que ves primero. Éste debe estar aproximadamente 5 cm debajo del extremo superior de la pantalla (no del monitor).
  6. Luz ambiental adecuada. Utiliza luz blanca o azulada ya que evita la fatiga. La luz natural es buena pero debe haber cristales polarizados, cortinas o filtros qe regulen la intensidad para evitar grandes cambios a lo largo del día o en las diferentes estaciones del año.
  7. Limpieza. Mantén tu espacio limpio y ordenado. Encontrarás fácilmente tu material de trabajo y evitarás alergias ocasionadas por el polvo.
  8. Ruido. Mantén el nivel de ruido bajo, si tu trabajo te lo permite pon música tranquila y a bajo volumen o utiliza audífonos a volumen moderado.
  9. Alimento. Procura tener a la mano alimento saludable a la mano. Puedes colocar una cesta con fruta para picar a media mañana o a media tarde. 

miércoles, 4 de noviembre de 2015


Si tienes alguna medicación o la has tenido en algún momento de tu vida sabes que, acompañando a las pastillas que te tienes que tomar, hay un prospecto, un trozo de papel donde te informan de todo lo que es, hace y cómo debes usar ese medicamento. Esto es lo que sería el prospecto y es un documento muy importante que se debe leer pero con pinzas.
Y te decimos esto porque, muchas personas, suelen ponerse peor cuando leen los efectos secundarios o el apartado sobre el medicamento y el cuidado que se ha de tener si se tienen enfermedades concretas, lo cual hace que puedan sentirse, de alguna forma, hipocondriacos porque piensan que el medicamento no les va a hacer nada bien o pueden llegar a desarrollar los síntomas de alergia a los componentes de modo psicológico.
Por eso es que los prospectos es importante leerlos pero tampoco hacerles mucho caso. Si la medicina te la ha recetado tu médico de cabecera, por ejemplo un protector de estómago como Omeprazol, un antihistamínico como Polaramine, prospecto llevará, por supuesto, pero has de tener en cuenta que no te va a recetar algo que te perjudique sino al contrario.
Si la medicina la has comprado en la farmacia puedes preguntar al farmacéutico, siempre intentando que sea el que te conoce para así poder saber si no vas a tener problema con esas pastillas o medicinas en general. Y, por supuesto, en caso de que notes algo extraño, has de suspender el tratamiento y preguntar a tu enfermero.
 
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